No todos nacemos con una vocación única. Si tienes diferentes campos de interés y de destrezas, siempre hay que elegir una cosa y dejar al margen lo demás. Eso es lo que ha sucedido conmigo: me encanta dar clases, pero me apasiona la literatura, escribir.
No decidí dedicarme a la escritura o a la investigación académica porque necesito estar con la gente, interactuar, divertirme, hablar...
Así que la tarea de escribir se ha quedado al margen y ahora que mi familia se presentó con el proyecto de publicar Ofelia, me fascina ver los resultados.
Precisamente los profesores que me conocen han estado presentes en el Instituto Cervantes y muchos de ellos han comprado el libro. Esto significa que nunca es tarde para empezar.
Comparto aquí algunas imágenes de este día tan maravilloso: 6 de abril.