Seguramente conoces el dicho: "hay que vivir para contarlo". Pues bien, muchas veces, cuando le pregunto a la gente sobre lo que ha vivido, resulta que, si bien contamos lo que vivimos, no queremos escribirlo.
Y como las palabras se las lleva el viento, yo me pregunto: ¿por qué no escribimos para que otros lean lo que hemos vivido?
Aquí vienen algunas respuestas de quienes conozco:
- ¿quién va a leer eso?
- hay que ser escritor...
- no es tan importante lo que digo
- no sé escribir bien
- no tengo tiempo
Piensa en alguien, una persona mayor muy querida que quizás desaparezca de tu vida en algunos años. ¿Leerías una historia de tu abuela, de ese vecino tan agradable, de tus padres?
Tal vez no te guste el estilo del texto, tal vez sea monótono o demasiado largo. Pero la lectura desde el cariño tiene su encanto. En lo personal siempre me ha gustado leer lo que escriben mis hijos, por ejemplo.
Lo que quiero decir aquí es que al ponerme a escribir Ofelia, me di cuenta de todo aquello que mis seres queridos no escribieron nunca.
Porque creían que nada era importante... y sí que lo era.
Estoy haciendo una campaña para incitar, a quienes lo deseen, a escribir, a contar historias familiares.
Soy profesora de español y tengo cierta experiencia como escritora. Si me he dedicado a enseñar español durante tantos años, ¿por qué no habría de colaborar para que la gente escriba lo suyo? Te aseguro que ya puestos en la labor, no es difícil expresarse. Lo sé porque llevo años en esto y he visto tanta gente aprender a hablar español, y me han contado tantas cosas...
Te invito a escribir una página en una sesión de hora y media. En un grupo pequeño, en línea. ¿Te interesa esto como primer paso? USA ESTE FORMULARIO, pon aquí tu nombre y te aviso cuándo nos vamos a reunir. La actividad es gratuita.
Un abrazo